Las cifras son enormes comparadas con el Producto Interno Bruto (PIB) de Argentina, que era de 537.700 millones de dólares en 2014, según datos del Banco Mundial.
Solamente en las tres últimas décadas, los activos en el exterior crecieron 300 por ciento en términos nominales y 200 por ciento en dólares constantes, señala el estudio "Argentina: Fuga de capitales (2002-2012)", de Jorge Gaggero, Magdalena Rua y Alejandro Gaggero.
Las cifras del estatal Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (Indec) muestran que en 1991 había 50.000 millones de dólares de argentinos en el exterior y que para 2011 estos se habían multiplicado hasta 200.000 millones de dólares.
Por su parte, el economista estadounidense James S. Henry, de la organización no gubernamental Tax Justice Network, calculó que en 1991 había unos 120.000 millones de dólares de argentinos fuera del país, mientras para 2010 ya llegaban a casi 400.000 millones de dólares.
Los autores del estudio recuerdan que en abril de 2013, el entonces viceministro de Economía, Axel Kicillof, sostuvo ante el Senado que la estimación oficial de los activos "offshore" de argentinos no residentes era de 200.000 millones de dólares para 2012, pero que podían llegar a ser el doble.
Más riqueza afuera que adentro
Según el Tax Justice Network, Argentina tenía en 2010 la peor relación entre riqueza radicada en el exterior y PIB de América Latina, ya que la primera equivalía a 109 por ciento del producto.
Entre 2002 y 2012 las fugas se volvieron abruptas en ciertas coyunturas.
El ritmo de salida de capitales era de entre 6.000 y 8.000 millones de dólares por trimestre.
La economía se recuperó a partir de entonces, e inclusive en 2005 se produjo por unos pocos meses una entrada neta de capitales.
Pero en 2007 volvió la salida masiva de dólares con los primeros síntomas de la crisis financiera internacional.
En el tercer trimestre de ese año se fueron casi 5.000 millones de dólares.
Para 2008, mientras el entonces Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) protagonizaba un duro enfrentamiento con el sector agropecuario por los impuestos a las exportaciones agrícolas, la fuga de divisas se disparó y llegó a los 8.000 millones de dólares en el segundo trimestre de ese año.
El récord del Gobierno de Fernández se produjo a mediados de 2011, en medio de las elecciones primarias, cuando superó los 9.000 millones de dólares.
Solamente ese año salieron de Argentina unos 25.000 millones, lo que llevó a las autoridades a imponer el control del mercado de cambios.
Estos últimos flujos fueron, en su gran mayoría, de capitales no declarados, indican los autores de "Argentina: Fuga de capitales (2002-2012)".
El Indec calculó que para 2010 había unos 175.000 millones de dólares de capitales fugados, mientras el stock de activos en el exterior declarados por los contribuyentes llegaba a apenas 14.370 millones de dólares, menos de un 10 por ciento.
Blanqueos frecuentes
En el primer caso se repatriaron apenas 4.700 millones de dólares, según cifras de la Administración Federal de Ingresos Públicos, y en el último algo menos de 2.600 millones de dólares. Ahora el Gobierno aspira a atraer 60.000 millones de dólares.