El primero y único presidente de la URSS lamentó el uso de la fuerza en lugar de los métodos políticos y diplomáticos para resolver los conflictos.
"Así ha ocurrido en Irak, Libia y Siria. Y el resultado, quisiera subrayarlo, no es la solución de los problemas existentes sino la desestabilización del derecho internacional, el colapso de la confianza, la militarización de la política y del pensamiento, un nuevo culto de la fuerza", dijo Gorbachov.
El principal error, en su opinión, consiste en la renuncia al diálogo sobre el desarme nuclear en estos últimos dos años.
"Es hora de reanudarlo, sin limitarnos al debate de problemas regionales que son objeto de discrepancias", instó Gorbachov al remarcar la necesidad de llevar nuevamente al primer plano tareas comunes, como la no proliferación, la reducción de armas nucleares, la lucha contra el terrorismo, la prevención de cataclismos medioambientales y la superación de la miseria.
La situación actual, dijo, no puede satisfacer a las principales potencias nucleares.
"Se crean armas nucleares de nuevo tipo… Se despliegan sistemas de defensa antimisiles. Se desarrollan los medios para el llamado ataque global inmediato, igual de peligrosos que las armas de destrucción masiva. Han cambiado para peor las doctrinas militares de las potencias nucleares que ensanchan los límites de lo admisible en el uso del armamento nuclear. Debido a ello, en gran medida, ha incrementado el peligro de la proliferación de armas nucleares, y es una situación que necesitamos cambiar antes de que sea tarde", concluyó Gorbachov.