"Es el resultado evidente de una negligencia criminal, absolutamente indignante", dijo.
“Sin embargo, no se sacaron conclusiones”, dijo el primer ministro al insistir en que la tragedia necesita “una investigación especial”.
Afirmó también que no se puede asegurar que el incidente fuera aislado y en otros campos para niños no exista el mismo peligro.
Todos los que trabajan con los niños, dijo, deben darse cuenta de la responsabilidad, incluso penal, que pueden enfrentar en caso de abusos.
Según datos del Comité de Investigación de Rusia, 14 niños de entre 12 y 15 años que se encontraban en ese campamento murieron al volcar los botes en los que viajaban en el lago de Siamózero debido a una tormenta.
A causa del incidente fue abierta una causa penal en el marco de la cual hasta ahora han sido detenidos cinco sospechosos, entre los que figuran la directora y el subdirector del campamento y tres monitores.