Las actividades del Centro humanitario ruso-serbio desde su fundación en 2012 causan frustración en Bruselas y Washington a pesar de que su única misión es prestar ayuda y apoyo durante situaciones de emergencia que pueda afrontar el país, afirmaron los jefes del centro, Bojan Glamoclija y Viacheslav Vlasenko.
Respecto a la nueva instalación, Occidente acusa a rusos y serbios de desarrollar, en realidad, una posible base militar rusa en Serbia. Glamoclija rechazó que la nueva base tenga un uso militar y recordó que las puertas del centro siempre están abiertas para cualquier observador extranjero que quiera inspeccionarla y ver de qué se ocupa el ente.
"Occidente trata de reprochar a Moscú cualquier cosa, incluso sus actividades puramente humanitarias", contestó el responsable serbio.
La nueva base servirá de centro de entrenamiento para futuros socorristas, y estará ubicada cerca del aeropuerto Ecka, en la región de Voivodina. El centro de Nis, la primera base que actualmente está operativa, funciona como la instalación principal dada su ubicación y buena infraestructura. Por su parte, la nueva base de Ecka, además de su proximidad al aeropuerto, tendrá fácil acceso a una autopista y una vía férrea.
La nueva base asegurará la formación de miles de bomberos y socorristas serbios así como la operatividad de los vehículos modernos. De este modo, las especulaciones sobre una supuesta base militar rusa reflejan los temores propios de Occidente ya que "solo ve lo que quiere ver", sostuvo el responsable serbio.