La UE aprobó el documento sobre el desplazamiento de los trabajadores en 1996 para eliminar las barreras al libre movimiento de las personas y servicios entre Estados miembros del bloque, así como prohibir las limitaciones por la nacionalidad o el lugar de residencia.
"Hoy el Gobierno francés intenta convencer a todos, y muchos países están de acuerdo, que hacen faltan cambios para luchar contra el dumping social y si no nos escuchan tendremos que decir que Francia no cumplirá más esta directiva", dijo el primer ministro galo, Manuel Valls, a la cadena TF1.
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Posteriormente la líder del partido derechista francés Frente Nacional, Marine Le Pen, subrayó que su país tenía más motivos que Gran Bretaña para separarse de la UE y reclamó un referéndum sobre la permanencia en el bloque regional.
El presidente galo, Francois Hollande, expresó su rechazo rotundo a esta iniciativa.