El estudio, realizado por investigadores de las universidades británicas de Southampton y Bristol, sugiere que el incremento del deseo sexual vuelve más imprudentes a los hombres. Tal es el grado de frenesí, que pueden olvidar por completo la posibilidad de una infección con enfermedades venéreas.
Para obtener estos resultados, se pidió a 51 hombres heterosexuales, de entre 18 y 69 años, que evaluaran el atractivo físico de 20 mujeres sobre la base de fotografías de sus rostros. Además, los participantes debían establecer, por medio de puntajes, el deseo por mantener relaciones sexuales con cada una de las féminas que aparecían en la fotografía. Después, debían indicar si estarían dispuestos a mantener relaciones sexuales seguras con la hipotética pareja. Por último, se les pidió que arriesgaran la posibilidad de que cada mujer fuera portadora de una enfermedad de transmisión sexual.
Una de las conclusiones que extrajeron los científicos fue que es probable que la mejora en los tratamientos contra el HIV y las infecciones de transmisión sexual, como sífilis, gonorrea, clamidias, herpes simple, hepatitis B, HPV, haya aumentado la calidad de vida de las personas infectadas. De manera que la sociedad ha dejado de asociarlas a la idea de la muerte y, por lo tanto, se toma de forma más laxa los métodos de prevención.
