Junto con las unidades alemanas y finlandesas, contra los soviéticos en Leningrado también combatieron militares y voluntarios españoles de la División Azul y unidades de la marina italiana.
Los soviéticos llegaron a colocar explosivos por todo el subsuelo de la ciudad para volarla en caso de que fuera tomada. Esta medida no hubiera distinguido entre soldados enemigos y población civil que se quedara en la urbe.
Por suerte, no tuvieron que recurrir a esta medida ya que el 9 de agosto de 1944, las tropas de la URSS lograron liberar la ciudad heroica del ejército nazi.