Los yihadistas han convertido a Kinsaba —la cual consta de montañas y barrancos— en un campo minado para presionar al Ejército sirio, que hace unos días recuperó el control de la localidad.
La operación de la toma de Kinsaba suponía el avance del Ejército hacia la ciudad a través de los castillos Shalaf y Tubal. Tras la toma de Kinsaba, los terroristas realizaron un contraataque y trataron —pero sin éxito— de recuperar el control de la urbe incluso por la noche. Sin embargo, los soldados sirios estaban listos para este giro de los acontecimientos y lograron consolidar sus posiciones.
Existen dos razones para comprender el intento de los terroristas del Frente al Nusra de arrebatar el control de la ciudad al Ejército sirio: primero, Kinsaba se considera "una entrada" para la infantería hacia las montañas Kurdas, en la frontera con Turquía y, en segundo lugar, la urbe está situada en la carretera Latakia-Alepo, lo que permitirá al Ejército sirio llevar a cabo operaciones terrestres para liberar la ciudad de Idlib y sus afueras.
En su comentario a la agencia Sputnik, uno de los comandantes del Ejército Árabe Sirio comparó los combates en Kinsaba con una "picadora de carne", en la que los yihadistas utilizan la táctica de emplear una alta cantidad de suicidas para retomar la ciudad.
"Pero no tienen ninguna oportunidad, puesto que los castillos Shalaf y Tubal ya están bajo nuestro control. Y es imposible controlar Kinsaba sin tomar estos castillos. Cuando nuestro Ejército estaba intentando tomar la ciudad, llevábamos a cabo constantemente emboscadas en las montañas para reducir la cantidad de terroristas", agregó.
Según él, los aviones de la Fuerza Aérea de Siria atacaron a los terroristas desde el aire, además de ayudar a la infantería en su avance hacia Kinsaba.
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Desde el comienzo de la semana, la artillería y los complejos de misiles del Ejército sirio siguen atacando sin parar los coches minados y las columnas de vehículos de guerra, los cuales salen de Idlib para prestar apoyo a los terroristas del Frente al Nusra.
