Aunque ninguno de los pilotos logró sobrevivir al ataque, la memoria de su vocación de servicio y su carácter aún siguen vivas entre sus familiares y allegados.
"La tripulación recibió la petición del jefe de la unidad siria de atacar desde el aire a los terroristas que avanzaban y el capitán de la nave, Rafagat Jabibulin, decidió atacar a los terroristas. Gracias a las hábiles acciones de los pilotos rusos, el avance de los radicales cerca de Palmira fue detenido", afirmó el Ministerio de Defensa ruso en un comunicado.
Rafagat Jabibulin era un verdadero as de la aviación. Al menos el 80% de las 5.000 horas de vuelo que el piloto ruso realizó se produjeron en condiciones de combate. El militar se había encontrado muy a menudo en situaciones límite.
Sin embargo, el militar consiguió hacer aterrizar el aparato a pesar de haber estado a punto de perder la conciencia.
Полковник Ряфагать Хабибуллин, лейтенант Евгений Долгин. Вечная слава вертолетчикам ВКС России! Запомним их такими! pic.twitter.com/xryJCpmy0m
— Олег Фрадкин (@FradkinOleg) 12 июля 2016 г.
En cuanto al segundo piloto, Evgueni Dolguin, nacido en 1992, fue un valiente militar que no conocía lo que era el miedo. Tras graduarse de una escuela militar para pilotos en la ciudad rusa de Syzran —la misma en la que también se graduó Jabibulin —, Dolguin también sirvió en Chechenia.
"Él era bueno, sensible y honesto. Cuando empezó el conflicto en Siria algunos militares eligieron no ir a la guerra e incluso renunciaron, pero él dijo que no podía hacer lo mismo", recordó su esposa.
"No tengo miedo. Es mi profesión, es algo para lo que me preparé", solía responder Dolguin al ser preguntado sobre si le daba miedo la guerra.