En la última reunión del Consejo Rusia-OTAN, el pasado 13 de julio, la parte rusa sugirió "una serie de medidas concretas para fomentar la confianza" y la seguridad aérea en el Báltico, en particular, siguiendo el plan del presidente finlandés, Sauli Niinisto, quien había propuesto prohibir en esta zona los vuelos de aviones con transpondedores apagados.
"Esperamos reacción de la OTAN. Será un test importante para comprobar que la Alianza tiene un interés real, no declarado, por reducir la tensión en las relaciones entre ambas partes que es resultado de acciones deliberadas del bloque y de algunos aliados", dijo Meshkov.
Más tarde, el representante permanente de Rusia ante la Alianza Atlántica, Alexandr Grushkó, dijo que la parte rusa está dispuesta a llevar a cabo consultas detalladas a nivel militar con los países de la Alianza y otros Estados que realizan actividades militares-aéreas en el Báltico.
Situación en Afganistán
Meshkov también afirmó que Rusia está dispuesta a retomar la cooperación con la OTAN en Afganistán.
La interacción con respecto a Afganistán, como también la formación de agentes antidrogas, la seguridad de los vuelos comerciales y la lucha contra el terrorismo fueron en el pasado "ejemplos de cooperación exitosa" entre Moscú y la Alianza, a juicio del alto cargo diplomático.
"Hemos reafirmado en más de una ocasión a diversos niveles la disposición de estudiar la posibilidad de reanudar sobre una base de igualdad la cooperación en estos ámbitos que son de interés común", destacó.
El viceministro expresó "la esperanza de que la Alianza se arme de coraje para atender la voz de la razón, manifestar la voluntad política y mostrar una actitud verdaderamente responsable para construir una cooperación sistémica" con Rusia.
La última reunión del Consejo OTAN-Rusia tuvo lugar en Bruselas el 13 de julio, varios días después de la cumbre en que la Alianza aprobó un incremento sin precedentes de su presencia militar en el este de Europa.