"Proponemos a los miembros del grupo armado entregar las armas y rendirse antes de las 17.00 horas (13.00 GMT). De lo contrario, las unidades de operaciones especiales podrán abrir fuego sin advertencia y neutralizar a cualquier individuo armado dentro y fuera del recinto del cuartel", informó el Servicio.
Anteriormente, el Ministerio de Sanidad de Armenia informó que al menos 60 personas fueron hospitalizadas después de que las fuerzas del orden dispersaran una manifestación no autorizada en las inmediaciones del cuartel. Por su parte, la Policía Nacional reportó la detención de 165 personas.
El 17 de julio, un grupo armado irrumpió en un cuartel de la Policía ubicado en el sureste de Ereván y tomó rehenes exigiendo liberar al detenido opositor radical Yirair Sefilián, líder de las formaciones Nueva Armenia y Parlamento Constituyente, acusado de posesión ilegal de armas.
Los atacantes exigieron además la dimisión del presidente armenio, Serzh Sargsián, y la formación de un Gobierno interino.
En los días posteriores, el grupo fue liberando a los rehenes, hasta soltar a los últimos el 23 de julio, pero se negó a desalojar el cuartel en cuyas inmediaciones montan guardia representantes de la oposición, para impedir un asalto.
En la noche del 20 al 21 de junio hubo enfrentamientos entre la policía y los manifestantes. Los desórdenes se saldaron con 51 heridos y 136 detenidos.
En la madrugada del 27 de julio, dos miembros del grupo se rindieron a la policía. Un tiroteo que tuvo lugar en el recinto dejó heridos a un agente y a dos militantes armados, entre ellos el líder del grupo, Pável Manukián. Ambos radicales fueron hospitalizados.
Posteriormente, liberaron a uno de los médicos, pero retienen a los tres restantes y dicen que les dejarían ir si les sustituye otra brigada.
Según el Ministerio de Sanidad, son retenidos en calidad de rehenes, pero los ocupantes del edificio, algunos de los cuales sufrieron heridas en tiroteos con la policía, dicen que es para asegurarse constante asistencia médica.
El 29 de julio, resultaron heridos tres militantes, dos de los cuales fueron hospitalizados. Tras la evacuación de dos heridos, uno de los tres médicos que permanecían en el recinto no volvió al cuartel, de manera que dentro se quedaron dos supuestos rehenes: un doctor y una enfermera.