Según los investigadores, algunos compuestos peligrosos contenidos en el aire —entre ellos, los ftalatos— se quedan en las fibras de los productos textiles, y luego, a través de los desagües, acceden al alcantarillado.
Las plantas de tratamiento de aguas residuales solo detienen, lamentablemente, el 20% de las sustancias peligrosas. El 80% restante se filtra en los ríos y lagos. El alto nivel de los ftalatos en el medio ambiente se considera una de las causas principales de la infecundidad masculina y la disminución de la libido en mujeres.
Los ftalatos se utilizan en la industria química como plastificantes. Según la investigación, los tejidos naturales absorben dos veces más ftalatos que los sintéticos.
De esta insólita manera, las lavadoras, lejos de ayudarnos en el día a día, pueden convertirse en peligrosos agentes contra el deseo sexual.