El Gobierno del país ha expresado su preocupación por que el virus, que ya se ha extendido por una gran parte de América Latina y es capaz de producir graves trastornos en los bebés recién nacidos, pueda llegar a su continente.
"Existe una pequeña posibilidad de que el Zika se transmita a través de la actividad sexual, por lo que los australianos que regresan de Brasil tienen que usar condones o evitar relaciones sexuales sin protección durante al menos ocho semanas", ha enfatizado la ministra de Salud del país, Sussan Ley.
Asimismo, la responsable ha añadido que "todos los que regresan de Brasil deben acudir al médico si se sienten mal y, sobre todo, en caso de un embarazo o si planifican un embarazo".
"Incluyen la desinsectación de todos los aviones que aterrizan en Australia, varias actividades de vigilancia y control en la frontera y tratamiento obligatorio de los cargamentos internacionales de alto riesgo", ha indicado Ley.
No obstante, según la ministra, "Australia ya ha registrado 44 casos confirmados del virus del Zika en 2016 y todos han sido contraídos en el extranjero".