Knezevic afirmó que al dejar entrar a Veliju en el país eslavo, el jefe del Gobierno demostró que las autoridades montenegrinas hacen "todo lo que dice el embajador estadounidense", además de mostrarse permisivo con las pretensiones expansionistas albanesas.
"Se trata de una capitulación clásica. Al hacer esto, Dukanovic puso en riesgo la soberanía del país del que es primer ministro y además se responsabilizó por todo lo que pase con Montenegro en el futuro, al menos por lo que respecta a las reivindicaciones territoriales de los ideólogos de la Gran Albania no solo aquí, sino también fuera del país", declaró.
"Si Dukanovic pensó que al jugar las misma cartas él se aseguraría otra victoria, entonces quiero informarle de que le espera un otoño 'caliente' en el que lo último que le va a preocupar son las elecciones, y tendrá que pensar más en los ciudadanos rebeldes de Montenegro, que no tolerarán otro robo de votos", advirtió.
La oposición teme que en los próximos comicios —al igual que durante el referéndum— el resultado dependa de los votos de un millar de ciudadanos de etnia albanesa que, según denuncia, fueron inscritos en los censos de manera ilegal.
El político recordó que, de acuerdo con las leyes electorales, los partidos albaneses tienen un número de escaños reservados en el Parlamento de Montenegro. Este hecho supone una ventaja para Dukanovic porque la mayoría de los albaneses van a votar por su partido.
El permiso para presentar el libro sobre la Gran Albania es solo otra forma de comprar la lealtad de los albaneses residentes en el país, concluyó.