"En total durante este tiempo los aviones rusos de Emergencias lanzaron más de 1.000 toneladas de agua en 89 descargas y como resultado sofocaron 17 focos de incendios en la superficie total de unas 2.000 hectáreas y protegieron de las llamas tres parques nacionales y 11 localidades, donde residen más de 62.000 personas", dijo un representante de la entidad.
Un Be-200 es capaz de recoger hasta 12 toneladas de agua en cualquier fuente sin regresar a la base.
Los aviones rusos se encuentran en un aeródromo de la ciudad de Leiria donde se definen las zonas de extinción de incendios que cambian diariamente.
Las tripulaciones de los aviones rusos enviados a Portugal a petición del Gobierno luso cuentan con una vasta experiencia en la lucha contra incendios, en particular en Grecia, Montenegro y Serbia.