"Está muy bien, firme. Dilma dijo lo que tenía que decir", aseguró Lula en una rápida conversación con la prensa.
En sus palabras Rousseff ha incidido en la idea de que se está condenando a una inocente porque ella no cometió ningún crimen de responsabilidad, y alertó de los riesgos que estos conllevaría para la democracia brasileña, calificando su posible destitución de "golpe" en varias ocasiones.
Lula, mentor político de Rousseff, siguió el discurso de la presidenta desde la tribuna de invitados del Senado acompañado del compositor y cantante Chico Buarque.
Tras su dicurso inicial Rousseff empezó a responder a las preguntas de los senadores, un procedimiento que podría alargarse hasta bien entrada la noche.
Al finalizar las preguntas, los 81 senadores valorarán con su votación si Rousseff debe o no ser destituida de su cargo de manera definitiva; para ello, se necesitan dos tercios del total de votos.