Para el canciller ecuatoriano Guillaume Long "no es coincidencia" que los últimos ataques políticos en la región se den "en contra de Gobiernos progresistas"; según dijo el jueves en una entrevista con el canal EcuadorTV.
"En el caso de Brasil, claramente se trata de una campaña que quiere invertir la realidad; cuando la oposición que enjuicia a Dilma (Rousseff) es la que más investigaciones de corrupción enfrenta, hay una grave paradoja", consideró el diplomático.
En esto coincidió el exvicecanciller Kintto Lucas, para quien lo ocurrido "es un precedente nefasto" ya que "consolida un golpe parlamentario" que puede usarse de "mal ejemplo" en otros países de la región.
La destitución de Rousseff muestra que los golpes parlamentarios "podrían llegar a ser legítimos o legales" ya que se ha usado a la Constitución como herramienta para culminar un proceso de destitución de cargo, dijo Lucas a Sputnik Novosti.
"Lo que se está diciendo es que hay toda una legalidad, pero además demuestra una total debilidad de la estructura democrática en general de Brasil, y una culpa del propio Gobierno, del Partido de los Trabajadores (PT) que dejó que la situación llegase hasta aquí", sostuvo Lucas, de nacionalidad uruguaya y también experto en relaciones internacionales.
En su opinión, lo ocurrido con Rousseff demuestra que su Gobierno estaba fraccionado porque era muy cuestionado por el propio pueblo.
Cuando la ciudadanía "salió a defender a Dilma, no salió necesariamente por ella, sino para que se respete la democracia", observó.
Para el exvicecanciller Rousseff pudo haber convocado elecciones anticipadas cuando notó que la situación en el parlamento se complicaba, pero no lo hizo por temor a que el PT perdiera esos comicios porque "sentía el descontento de la gente".
Por su parte, el excanciller Marcelo Fernández de Córdova observó los acontecimientos de Brasil como parte de un ordenado proceso constitucional que demuestra que en ese país existe independencia de poderes.
"Si analizamos el proceso brasileño de los últimos 180 días, que es lo que ha durado la destitución de Dilma Rousseff, vemos que paso a paso se han ido cumpliendo las normas de la Constitución", comentó Fernández de Córdova en una entrevista en Radio Democracia.
El diplomático de carrera apuntó que quienes están en desacuerdo con lo ocurrido son los que "han acaparado el poder o quienes quieren permanecer en el poder y ven que la situación se les va de las manos porque, obviamente, deben estar preocupados de que ocurra lo mismo con ellos", dijo en referencia al oficialismo ecuatoriano.
Por eso criticó la posición que adoptó el Ecuador al condenar la destitución de la presidenta de Brasil y llamar a consultas al encargado de negocios ecuatoriano.
Esa medida "es una forma ideológica de manejar la política exterior", dijo.
En su opinión, Ecuador no puede adoptar reacciones que atenten con los intereses del país, pues Ecuador es un socio y un país amigo.
La Asamblea Nacional también emitió un comunicado el jueves condenado la destitución de Rousseff y alegando que el proceso tuvo vicios de nulidad desde sus inicios.
El Senado de Brasil destituyó a Rousseff el miércoles por 61 votos contra 20 al hallarla culpable de delitos de responsabilidad fiscal relacionados con el manejo de las cuentas públicas.
