La disminución de la producción no solo afectará a los aficionados del café alrededor del planeta, sino también a 120 millones de personas en más de 70 países que dependen de esta industria.
El aumento de la temperatura no es la única causa. El cambio climático provoca condiciones meteorológicas especialmente propicias para la difusión de la roya, una enfermedad producida por un hongo que ataca principalmente a las hojas del café. Por ejemplo, en 2012, América Central fue atacada por esta enfermedad, la cual causó la pérdida de 2.7 millones de sacos de café, afectó unos 350.000 puestos de trabajo y costó 500 millones de dólares.
Una plaga conocida como barrenador del café o broca del café, que se encuentra normalmente en plantaciones ubicadas a unos 1.500 metros sobre el nivel del mar, también se han difundido, perjudicando plantas previamente seguras.
"Lo que estamos observando es un riesgo potencialmente significativo para la producción. Si vamos a esperar hasta que el impacto del cambio climático sea tan severos que afecte nuestra cadena de producción, nos pondremos en un mayor riesgo", explicó Jim Hanna, el director de sostenibilidad de Starbucks.
En las próximas décadas es probable un cambio dramático en la producción de café, los agricultores se alejarán del ecuador y subirán a las montañas, donde pueden entrar en conflicto con otros terratenientes o afectar los bosques.