El análisis de los restos de niños hallados en los cementerios de los tiempos de la conquista de Bretaña por los antiguos romanos se llevó a cabo por el equipo de Thomas Booth.
La leyenda sobre los asesinatos infantiles masivos nació a raíz de la gran cantidad de esqueletos de niños encontrados en los cementerios romanos.
Algunos investigadores sostienen que esencialmente era una herramienta de control poblacional, con el fin de mantener una proporción entre hembras y varones. Según otras teorías, se trataba de "asesinatos rituales de misericordia", por lo que supone que mataban solo a los niños de las familias pobres que "no tenían futuro".
Gracias a las tecnologías modernas, los investigadores pudieron determinar con un alto grado de precisión si el bebé nació vivo o muerto. El método consiste en estudiar la estructura de los huesos mediante la microtomografía. Los huesos dañados por las bacterias evidencian que la muerte fue después del nacimiento. Y viceversa, los huesos intactos indican una muerte en el útero.
De acuerdo a los resultados obtenidos, los científicos llegaron a la conclusión de que los asesinatos infantiles en la Antigua Roma no eran una política de Estado, sino casos aislados.