En total participaron en el esquema 43.000 hombres; algo más de la mitad, 23.000, en Río de Janeiro, y el resto repartidos entre las cinco ciudades sub-sede de fútbol y los lugares por los que pasó el relevo de la antorcha olímpica.
Durante los Juegos las tropas del Ejército hicieron más de 1.200 patrullas en Río: 6.457 a pie, 4.530 motorizadas, 896 marítimas y 90 con tanques, además de 632 escoltas para proteger a los máximos dignatarios de 19 países que estuvieron presentes en los Juegos.
El ministro se mostró satisfecho de llegar "con éxito" a un ciclo de grandes eventos que arrancó con los Juegos Panamericanos de 2007, y se mostró orgulloso de la capacidad demostrada por Río de Janeiro y por Brasil en general de organizar este tipo de acontecimientos.
Se movilizaron 3.083 vehículos, 109 tanques, 51 helicópteros, 370 motos, 26 barcos, 81 embarcaciones menores y 80 aviones.
Además, los 43.000 militares consumieron alrededor de 860 toneladas de alimentos, usaron 46.000 piezas de vestuario y gastaron cerca de 875.000 litros de gasoil y 151.000 litros de gasolina.