Los científicos analizaron a los trabajadores de la planta de herbicidas en Nueva Zelanda —127 hombres y 21 mujeres— y estudiaron a los 355 bebés que ellos concibieron durante su trabajo en la planta. Establecieron su estudio en la estimación de la presencia de la dioxina TCDD —una de las más nocivas— en sus organismos, basada en las pruebas de sangre en el momento de la concepción.
Resultó que cuanta más sustancia acumuló el organismo del padre, más propenso era él a concebir una hija, y la dosis de la dioxina sí que tenía un impacto.
Aunque los autores del estudio reconocen la escasa base para sacar conclusiones definitivas, anotan que sus hallazgos coinciden perfectamente con las consecuencias demográficas de una avería de una planta de herbicidas en Italia de hace 20 años, donde también resultó que los hombres afectados concibieron más hijas.
Cabe notar que no se reveló un efecto semejante en las mujeres, aunque puede estar vinculado con la falta de datos sobre las trabajadoras afectadas por la dioxina.