"El 3 de octubre, la misión diplomática rusa en Damasco fue objeto de un ataque con morteros. Uno de los proyectiles impactó dentro del recinto, cerca de un complejo de viviendas. Fue pura casualidad que no hubiera heridos entre los empleados de la Embajada", afirmó el comunicado de Exteriores.
Según los datos preliminares, el ataque provenía de Djobar, un suburbio de Damasco controlado por los grupos terroristas Frente Fatah al Sham (anteriormente conocido como Al Nusra) y Faylaq al Rahman.
"Moscú condena enérgicamente este crimen de los terroristas. De nuevo han generado una amenaza seria para la vida y el trabajo de los diplomáticos rusos en Siria y han violado las normas del derecho internacional", asegura el documento.
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La Cancillería está segura de que los "esfuerzos antiterroristas coordinados por la comunidad internacional" deben ser una respuesta a las provocaciones de los criminales. En este sentido, Moscú "aplicará todas las medidas necesarias para eliminar la amenaza terrorista y restablecer la paz y la seguridad en Siria", concluye el escrito.