Dado que Rusia "tiene intereses desde Crimea hasta el Ártico", este enorme país necesita "fuerzas terrestres con un alto grado de movilidad capaces de ser desplegadas a través de Eurasia en cualquier momento", subrayó el autor. Agregó que las Fuerzas Terrestres de Rusia mantienen "cuatro divisiones aerotransportadas, que —aunque de menor tamaño que la 82 División Aerotransportada de EEUU— son más móviles y pueden saltar en paracaídas a decenas de millas de distancia del objetivo real y los sistemas de DAM del enemigo, avanzando en tierra con la ayuda de vehículos de asalto de alta velocidad".
En lo que respecta al vehículo de asalto BMD-2 —que pesa menos de 13 toneladas y es capaz de transportar a cuatro paracaidistas— también es un "nadador entusiasmado", ya que no solo puede viajar por tierra a una velocidad de 69 kilómetros por hora, sino que también es totalmente anfibio, dado que puede desplazarse por el agua a una velocidad de 11 kilómetros por hora.
El experto subrayó que el vehículo ruso está "fuertemente armado" con un cañón automático de 30 mm que "dispara proyectiles incendiarios antiblindaje y que son altamente explosivos a un ritmo de 300 rondas por minuto". Agregó que el BMD-2 está equipado con dos ametralladoras PK, lo que permite a los militares rusos "atacar a la infantería enemiga y los vehículos sin blindar". A pesar de que el blindaje del vehículo ruso no sobrepasa los 17 milímetros, en operaciones aerotransportadas, la velocidad y la potencia de fuego antitanque tienen una gran prioridad sobre el blindaje.
La versión modernizada del vehículo —denominada BMD-4M— está equipada con misiles antitanque Kornet, capaces de destruir objetivos situados a una distancia de hasta 8 kilómetros. Dado que estos proyectiles pueden perforar una capa de acero de unos 1.300 milímetros, pueden destruir cualquier tanque de la OTAN, según informó el periódico Rossíyskaya Gazeta. Además, está equipado con los sistemas de equipamiento electrónico más novedosos.
