Los agentes estadounidenses monitorearon las conversaciones telefónicas de Albakr y revelaron que el joven sirio mantenía vínculos con un miembro del grupo yihadista Daesh (proscrito en Rusia y otros países).
La víspera, el ministro de Justicia de Sajonia, Sebastian Gemkow, declaró que Albakr, de 22 años, detenido en Leipzig bajo sospecha de terrorismo, se suicidó en una prisión local a pesar de las fuertes medidas de vigilancia.
Nacido en Damasco, el joven sirio llegó a Alemania, donde obtuvo asilo por tres años.
La Policía alemana vigilaba a Albakr desde septiembre y halló 1,5 kilos de explosivos en su vivienda de Chemntiz.
Se sospechaba que el joven mantenía vínculos con los terroristas de Daesh y tramaba un atentado en un aeropuerto de Berlín antes del 16 de octubre.