El nuevo contrato de Energomash significa que la empresa rusa ha encontrado a un nuevo cliente leal en EEUU: la compañía Orbital Sciences, que produce cohetes Antares, así como buques de carga Cygnus, opina Ruslán Davletshin, autor de un artículo para el diario Vzglyad.
La importancia del contrato
"Para EEUU también es importante, ya que los motores instalados en los cohetes Antares serán utilizados para entregar suministros a la Estación Espacial Internacional (EEI). Así que es una situación en la que todos ganan. Esto demuestra que cuando Rusia realmente tiene algo interesante que ofrecer, EEUU y, en un sentido más amplio, Occidente, nos lo compra independientemente de las sanciones y las divergencias políticas", declaró el científico al diario.
El valor económico del nuevo contrato se desconoce pero según los expertos, el costo de una unidad de potencia es de unos 10 millones de dólares.
La 'dependencia' de los motores rusos
Además del nuevo contrato para los motores RD-181, tampoco se suspenderá el suministro de los RD-180, destinados a los cohetes Atlas III y Atlas V, según los contratos vigentes hasta 2019.
Sin embargo, EEUU tiene la intención de crear un equivalente de los motores rusos en 2019. El director general de Energomash, Ígor Arbuzov, no obstante, aseguró que el país norteamericano seguirá comprando motores rusos hasta 2023. Solo el consorcio estadounidense United Launch Alliance (ULA), que participa en el programa del lanzamiento de los cohetes Atlas, ya ha anunciado su deseo de comprar de diez a 20 RD-180 hasta ese año.
"La reserva de motores rusos de la que dispone ahora EEUU no cubre por completo las necesidades de los programas estadounidenses para el período de 2020 a 2023. Incluso nuestros socios admiten que aunque EEUU logre fabricar a tiempo los motores BE-4 para los nuevos cohetes tipo Vulcano, el cambio del Atlas V al Vulcano no se llevará a cabo hasta el año 2024, nada se hará automáticamente", explicó Ígor Arbúzov.
En 2014, un tribunal prohibió a la empresa ULA comprar y usar los motores rusos. Esta decisión fue tomada después de la acción judicial de la empresa privada SpaceX, propiedad del empresario Elon Musk. La causa de la sentencia fue que el Pentágono había pedido 36 motores de cohetes a la empresa ULA sin licitación. Sin embargo, la sentencia no se aplicaba a los acuerdos ya existentes hasta aquel momento. La decisión del tribunal no encontró mucho apoyo entre los militares estadounidenses.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) February 22, 2016