Las protestas comenzaron el 9 de septiembre, fecha en que se conmemoraba el 45 aniversario de la masacre en la prisión de Attica, en el estado de Nueva York, que culminó con la muerte de 33 presos y de otras 10 personas entre oficiales y funcionarios civiles, luego de que las autoridades reprimieron un motín.
El principal reclamo de los reclusos se refiere a las condiciones de trabajo, que califican de "esclavitud moderna" tanto en las prisiones estatales y federales, como en las privadas, según el sitio web Vox.
Mientras en varios estados los presos son obligados a trabajar dentro de las prisiones por unos pocos centavos por hora, en otros como Arkansas (sudeste), Texas (sur) y Georgia (sudeste) son forzados a realizar tareas de forma gratuita.
La enmienda 13 de la Constitución de EEUU, que abolió la esclavitud en 1865, habilita de hecho el trabajo gratuito como castigo para las personas convictas por un delito.
En otras instalaciones los presos iniciaron huelgas de hambre en reclamo de mejores condiciones de reclusión y denunciando situaciones de abuso de parte de los funcionarios.
Aproximadamente unos 150 presos fueron esposados y dejados a la intemperie, bajo la lluvia, durante unas cinco o seis horas, señala la revista citando al medio Detroit Free Press.
En el estado de Wisconsin (norte), donde varios presos estaban en huelga de hambre desde antes del 9 de septiembre, en protesta por la utilización de la medida de aislamiento como sanción disciplinaria, algunos reclusos fueron alimentados por la fuerza, consigna Vox.
Según los últimos datos del gubernamental Buró de Estadísticas Judiciales, correspondientes a 2014, unas 2,2 millones de personas están presas en EEUU.
Se estima que entre 700.000 y 900.000 presos realizan algún tipo de trabajo intramuros, con una paga promedio de 20 centavos de dólar la hora, según datos de la organización The Marshall Project.
El salario mínimo establecido por el Gobierno federal a julio de 2015, es de 7,25 dólares la hora.
La tasa de encarcelamiento de EEUU es de 693 presos cada 100.000 habitantes, la segunda más elevada del mundo, detrás de las islas africanas de Seychelles.
El 22 por ciento de todos los presos del mundo están en cárceles estadounidenses.