El investigador social fue el primer periodista en entrevistar al Subcomandante Marcos, el líder rebelde de la máscara negra y la pipa, en plena insurrección de una precaria tropa indígena, el 1 de enero de enero de 1994, en la pintoresca y colonial San Cristóbal de las Casas, puerta de entrada a las montañas del sureste mexicano.
Ahora, el EZLN y el Congreso Nacional Indígena (CNI) están de regreso, aunque siempre estuvieron allí, en un estado de latencia y ubicuidad.
"El EZLN retorna para colocar las reivindicaciones de ancestrales comunidades indígenas en el centro de la contienda electoral", dice el veterano investigador a sus 66 años, tras el inesperado anuncio hecho del fin de semana.
Herida en el costado izquierdo
La memoria de las historias íntimas en las izquierdas, ha vuelto a abrir una vieja lesión de hace una década: la fractura entre la izquierda electoral y el profundo movimiento social alternativo que reivindica entre los indios la figura del mayor caudillo agrario de la Revolución Mexicana: Emiliano Zapata.
En plena campaña presidencial de 2006, Marcos salió de sus refugios en las selvas y se lanzó a sembrar "La Otra Campaña", montado en una motocicleta, metáfora del periplo juvenil del argentino Ernesto Guevara de la Serna, antes de convertirse en El Che, para mostrar a los candidatos presidenciales las heridas de los desamparados.
Los sectores de izquierda que apoyan a AMLO, candidato presidencial en 2006 y 2012, han recordado con amargura la frase lacónica de Marcos: "AMLO nos va a romper la madre a todos".
Aquella sentencia en clave coloquial mexicana, "fue una ruptura muy fuerte con los partidos y la clase política" recuerda Morquecho Escamilla.
López Obrador dio un paso adelante, al achacarles de esa forma parte de la responsabilidad de su derrota
En 2006 prosiguió el político izquierdista de 62 años —quien buscará por tercera vez la presidencia en 2018, con su escisión bautizada Movimiento de Renovación Nacional (Morena)—: Los zapatistas "dijeron que no debían votar por nosotros (AMLO) y de forma indirecta ayudaron al fraude electoral de Felipe Calderón", dijo el fin semana López Obrador, recordando su amargo fracaso, cuando perdió por apenas 0,5 de los sufragios.
Para el escepticismo poético de Marcos, creyente de su lema de "mandar obedeciendo", AMLO apenas pertenece a un sector de "los de arriba"; y en todo caso solo sería una expresión de "la izquierda de la derecha del poder".
Otra vez contra el PRI
En las elecciones de 2012, cuando el Partido Revolucionario Institucional (PRI; gobernante) regresó al poder presidencial que perdió 12 años desde 2000, los zapatistas optaron por un bajo perfil.
En silencio, los zapatistas movilizaron unos 10.000 bases sociales zapatistas de los municipios que controlan en las remotas montañas de Chiapas.
Salieron de sus enclaves el 17 diciembre de 2014, con una demostración callada de 40.000 indígenas encapuchados, arropados en ponchos de lana cruda y precarios atuendos invernales.
En México hay entre 15 a 20 millones de indígenas de los más de 120 millones de habitantes, y la nueva candidatura presidencial se propone hablar en nombre de ellos, los más pobres de los pobres.
Pero mientras que Marcos se reunía en Chiapas con los indios del CNI —dice el antropólogo— el gobierno reunía a unos 3.000 indios tarahumara de las comunidades del desierto de Sonora con promesas sociales.
No será fácil.
La disyuntiva
El retorno de rebelde a las lides electorales ha tenido un impacto ambiguo en las redes sociales opositoras: "Ha colocado al CNI y el EZN de nuevo bajo los reflectores del mundo; hay una franja que les apoya y otra que les ataca por su propuesta de crear un consenso nacional de gobierno".
"Las críticas se originan en una percepción equivocada —comenta—: que los zapatistas nunca habían participado en terrenos de la lucha electoral", sin considerar sus destacados posicionamientos en cruciales eventos electorales nacionales, dice el periodista de investigación.
Desde su surgimiento público hace 22 años, aunque sus raíces datan de casi 50 años, los zapatistas han lazando otra vez una idea audaz: "Pero la iniciativa está por discutirse en los próximos meses, en las comunidades; y solo después veremos cómo se despliega su involucramiento en todo el proceso electoral", acota Morquecho Escamilla.
La decisión del CNI tiene un gran simbolismo: "es la opción por bregar en el terreno electoral para medir la real fuerza actual del EZLN y del Congreso Nacional Indígena, eso es todo", simplifica.
Hay un entusiasmo casi pueril en los seguidores de la opción rebelde del zapatismo: "La intención del EZLN es animar el proceso del voto y la participación en el proceso electoral, tensar rodas la fuerzas sociales hacia el 2018".
El esfuerzo indígena —pronostica el experto que nunca ha abandonado la histórica ciudad de San Cristóbal—, "se concentrará en crear una campaña de altura, para colocar al movimiento en la agenda del ámbito global".
El plan es ambicioso: "denunciar el despojo de los mega proyectos de explotaciones mineras y de las recursos natrales de las comunidades originarias, y que las reivindicaciones históricas de los indios sean retomados en los debates de la clase política".
Con un símil de un comensal en un banquete equivocado, define: "Se trata de la irrupción de un sector no invitado a la fiesta, con el propósito de levantar el perfil de las campañas políticas".
La nueva identidad de marcos
Ya en 1994 el EZLN participó en la vida pública con la Convención Nacional Democrática, celebrada en la selva de la etnia lacandona, que envió un mensaje de apoyo al candidato perdedor del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas.
Pero para elegir una candidata indígena, en las filas zapatistas ha dejado de existir una generación que rodeaba a Marcos como la fallecida indígena Comandante Ramona.
"No hay una figura similar a Ramona, y se puede esperar que esa mujer candidata no va a ser una zapatista sino una líder indígena que no sea necesariamente militante del EZLN", pronostica el experto.
La decisión se resume en una figura de la naturaleza, apreciada por una cultura ancestral: "Se trata de una nueva salida de la concha protectora del caracol; la últimas salidas ocurrieron en 2012 y 2013, no ocurrió nada, pero esta vez tienen tiempo para prepararla, con nuevo ánimo y entusiasmo", dice el testigo.
Ese nuevo seudónimo de madurez fue adoptado en 2014, cuando declaró la muerte de su personaje Marcos, y adoptó su nuevo nombre en homenaje al pseudónimo, era usado por un héroe de la rebelión, acaso inspirado en el desaparecido escritor uruguayo Eduardo Galeano, que fue amigo de Marcos.
En la reunión de CNI, "percibí a un Marcos sumamente tranquilo, campechano, con una playera ajustada que dejaba ver una barriga plena, con su gorra vieja y raída, y con lo que queda del pañuelo de paliacate rojo, jugueteando afable con el saludo de manos de los jóvenes", describe el experimentado Morquecho Escamilla.
"Aquella no fue una presentación de un líder supremo, sino la aparición feliz de un activista civil completo y maduro", remata el cronista.