En una entrevista con Sputnik, su director, el biólogo Marcelo Spilzman, explicó que el acuario albergará aproximadamente 8.000 animales de 350 especies diferentes, desde caballitos de mar hasta tiburones de gran tamaño, y que el centro tiene una visión muy centrada en la preservación del medio ambiente.
"Está todo pensado en la conservación y la concienciación sobre el medio ambiente, no lo digo por decir", remarcó, resaltando que se han firmado convenios con el departamento de biología marina de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) para llevar a cabo investigaciones sobre reproducción y recuperación de animales.
Spilzman destaca que, con más de cinco metros de agua sobre el techo, se trata de uno de los tubos más profundos del mundo; una vez abierto el acuario este espacio acogerá por las noches a los niños que quieran dormir mirando a los peces nadar sobre sus cabezas.
Esta es una de las actividades que ofrece el AquaRio, junto con el espacio destinado a tocar animales —sobre todo rayas— y las inmersiones de buceo con tiburones, que se pagan a parte y necesitan reserva previa.
El edificio, que cuenta con un anexo para una futura ampliación, tiene una cubierta de placas solares que aportan el 30% de la energía necesaria y está situado en el puerto de la ciudad, junto a la bahía de Guanabara.
Se trata de la zona conocida ahora como el "Porto Maravilha", muy beneficiada por las obras olímpicas, ya que cuenta con nuevos jardines, un tranvía y otros espacios culturales, como el Museo de Arte de Río (MAR) y el Museo del Mañana.
El AquaRio se financia exclusivamente con fondos privados y los responsables esperan que lo visiten unas 5.000 personas al día, convirtiéndolo en uno de los nuevos puntos turísticos de la ciudad.