Los cazas MiG-29 de las Fuerzas Aeroespaciales del país eslavo despegaron de la base aérea de Kursk para interceptar una aeronave de las Fuerzas Aéreas bielorrusas que, según el guion de las maniobras, había sido secuestrado por un grupo de radicales.
Los militares contactaron a la tripulación nada más hallar la aeronave y la escoltaron hasta un aeródromo para hacerla aterrizar. Después del aterrizaje, el avión fue rodeado por las Fuerzas Especiales, que entraron en el aparato y desarmaron a los delincuentes. Los observadores del centro de mando de las Fuerzas Aeroespaciales elogiaron el buen hacer y la compenetración de los equipos de los MiG-29.
Cuando los cazas están en el aire, el sistema de reconocimiento de radar de largo alcance A-50 marca los blancos.
Diferentes grupos de radares también tomaron parte en el simulacro. Además, los sistema de defensa antiaérea Patsir-S, S-300 y S-400 dispararon unos 200 misiles guiados contra los objetivos.
Estas maniobras del sistema conjunto de defensa antiaéreo de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) reunieron a las tropas de Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán.