El Unicef reportó el miércoles la muerte de 22 niños y seis profesores a causa de varios ataques contra un colegio en Idlib.
"Las imágenes del supuesto ataque contra la localidad de Haas, publicadas por varios medios extranjeros, son un montaje de diez fragmentos grabados con distinta resolución y a diferente hora", dijo el portavoz del ministerio ruso, mayor general Ígor Konashénkov.
En una fotografía publicada por la agencia AFP, continuó, se ve que quedó dañado solo un muro lateral del edificio mientras que los pupitres en el aula ni siquiera fueron desplazados; además, una valla ubicada enfrente del colegio no sufrió ningún daño, algo que no puede ser.
"El vallado y todos los muros del edificio deberían estar destruidos (…) y los muebles, descolocados por la onda explosiva", aclaró.
Según el vocero, el ministerio de Defensa analizó los datos de radares en el norte de Siria para comprobar el informe de Unicef.
"El miércoles 26 de octubre, ningún avión de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia entró en la zona, es un hecho absoluto", resaltó Konashénkov.
Al mismo tiempo, continuó, los radares rusos detectaron un dron estadounidense MQ-1B Predator a la hora y en el lugar del supuesto bombardeo.
El representante del ministerio agregó que este jueves un avión no tripulado ruso fue enviado a hacer fotografías detalladas de Haas.
"Como se ve en una foto del dron ruso, el techo de la escuela no está dañado; tampoco hay cráteres de explosiones de bombas aéreas en las inmediaciones del colegio", explicó Konashénkov.
Esto significa que los "directivos de Unicef fueron víctimas de un nuevo engaño de estafadores en cascos blancos", dijo en referencia a un grupo de activistas sirios que opera en áreas controlados por los rebeldes.
Horas antes, la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, aseguró que Moscú no tiene nada que ver con el ataque contra la escuela en Idlib e instó a todos los organismos internacionales a sumarse a la investigación de esta "tragedia horrible".