Los problemas empezaron en junio de este año, cuando se detectó una fuga de 10 millones de litros de agua en el subsuelo del aparcamiento del estadio, con capacidad para 350 vehículos.
Ahora el temor de los técnicos es que la tierra se desplace hacia la Radial Leste, una de las principales vías de circunvalación de la ciudad.
No es el único problema estructural del estadio; hay registros de agujeros en los alrededores del campo de fútbol y varias placas de porcelana de la cubierta de la grada norte se desprendieron recientemente, aunque siempre en días en que no había partido.
Uno de los incidentes más graves se produjo en febrero, cuando cayó un pedazo de cubierta de dos toneladas en el hall que da acceso a las zonas vip del estadio.
El estadio Corinthinas, conocido popularmente como "Itaquerão", acabará costando unos 1.600 millones de reales (500 millones de dólares) cuando el club de fútbol Corinthians termine de pagarlo en el año 2018.
El estadio tiene capacidad para 45.000 espectadores y fue uno de los que se terminó a toda prisa para el Mundial de Fútbol de 2014: se inauguró apenas unas semanas antes del partido inaugural entre Brasil y Croacia.
Durante las obras murieron tres obreros; dos cayeron al desmoronarse un andamio y el tercero se precipitó desde una altura de ocho metros cuando instalaba estructuras temporales en las gradas.