Entre ellos, un perfil diseñado para reducir la superficie frontal, así como partes dedicadas para dispersar y absorber las ondas de radio y prevenir su 'retorno' al radar-emisor.
El diseño furtivo será probado a través del uso de varios radares con diferentes frecuencias para determinar si el avión logra demostrar la capacidad de volar sin ser detectado.
Japan’s X-2 “Shinshin” indigenous stealth jet makes first flight. pic.twitter.com/9Tw0JuOgZH
— Adam Santic (@adambadger) April 24, 2016
El caza voló por primera vez en abril de 2016, cuando probó sus características y capacidad de vuelo básicas.
Se estima que para el 2018 el Gobierno japonés decidirá si va a ordenar el desarrollo de la variante en serie del avión, el caza F-3, y si invitará al proyecto a socios extranjeros.
Con las pruebas del X-2, Japón se adhirió al 'club' de las naciones capaces de producir aviones furtivos, como lo son EEUU, Rusia y China, según el medio.