En charla con Sputnik en Montevideo, adonde llegó para participar del foro de innovación y tecnología Movistar Move, contó cómo es el día a día de alguien que consiguió ganarse la vida "haciendo el tonto" en internet.
Jesús Casabón Tabuenca, de 33 años, es conocido como Tiparraco porque así le llamaba su abuelo. Él se divierte al aclarar que descubrió hace poco el significado de esa palabra: "tipejo, persona ridícula y despreciable", de acuerdo a la definición del diccionario. Pero ese fue el alias que eligió para abrir su cuenta de YouTube en 2012.
Al principio, subía vídeos cada uno o dos meses, solo para compartir cosas con amigos. Al año, comenzó a hacerlo de forma más sistemática, siempre centrado en bromas y cámaras ocultas, que cada vez generaban más comentarios y seguidores.
"Me gustaba el humor y seguía canales estadounidenses que hacían muchas cámaras ocultas. Ellos fueron los que me inspiraron para mis bromas", cuenta este exmecánico de coches nacido en Zaragoza.
"Me gusta ver la reacción de la gente ante situaciones raras y me he especializado en eso. No haría otra cosa en YouTube. Tengo otros vídeos que me ha apetecido hacer, por ejemplo algún doblaje, alguna cosa que se sale de estas bromas, pero siempre tirando para el humor".
A lo largo de estos años, y con casi 300 vídeos subidos, el 'youtuber' ha recopilado anécdotas de todo tipo. Por ejemplo, gracias a esta actividad conoció a la chica con la que sale actualmente, quien fue víctima de una de sus cámaras ocultas. "Después de grabar la broma, le expliqué quién era yo, nos cambiamos el número y me la llevé a cenar por ahí. Y seguimos quedando".
Siempre, cuando termina de hacer su trabajo, debe avisar a la gente que filmó de que todo se trató de una broma para poder subir el vídeo a YouTube, ya que los involucrados deben autorizarle a usar su imagen. De lo contrario, podría tener problemas legales. Tiparraco dice que el 99% de la gente se lo toma bien. "Porque mis bromas no son agresivas", argumenta. "Me gusta crear momentos raros, incómodos, y ver cómo reacciona la gente, pero nada más".
No obstante, ha tenido que dejar de lado alguna idea que no funcionó como esperaba. "Hay una que la dejé de lado y no la he vuelto a hacer porque me pareció demasiado ofensiva. Yo iba en el coche, pedía una indicación y mientras la persona me hablaba, dejaba caer la cabeza sobre la bocina como si me hubiera dado un infarto. Lo hice dos veces y ambas se lo tomaron muy mal cuando dije que era broma".
Se describe a sí mismo como un fanático de la plataforma que lo ha hecho famoso, donde sigue a muchos "colegas". "El poco rato que tengo libre, lo utilizo para ver vídeos de YouTube", cuenta.
El televisor, en cambio, suele estar apagado. "Al menos en España lo que sucede es que como los 'youtubers' les están comiendo terreno, la televisión está al ataque de los 'youtubers'. Entonces, se crea un conflicto. Por ejemplo, a mí me invitaron a un programa de televisión y me dejaron fatal, diciendo: "Fíjate tú que ganas dinero por hacer el tonto en internet". Ellos no son conscientes de que tengo un público que en algunos casos es incluso mayor que el de sus programas, y en vez de colaborar entre nosotros, lo que quieren es hundir a los 'youtubers'. Y no se dan cuenta de que esto está evolucionando, es un medio de comunicación nuevo y hay que tratarlo con respeto, porque el público está ahí".
Para terminar, Tiparraco dio un consejo para quienes quieran iniciarse como 'youtubers'. "Si le gusta de verdad y lo disfruta haciendo, que lo haga. Si lo hace por fama o dinero, que lo deje y se busque otra cosa que le motive y le guste. El día que me deje de gustar hacer el tonto, me buscaré otra cosa. Lo importante es estar motivado, ponerle pasión y si tiene que llegar el dinero o lo que sea, ya llegará. Pero lo importante es que hagas algo que te guste".
