"La vía de aplicar la norma y llevar todas las cuestiones a los tribunales es judicializar la vida política y eso nos lleva a un choque de trenes, a un conflicto, y eso es lo que hay que evitar", aseguró el excanciller en una entrevista en la Cadena SER.
Según explicó el exministro, durante su tiempo en el Ejecutivo tuvo discrepancias sobre cómo encarar la relación de Cataluña con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el ministro de Hacienda, Cristobal Montoro.
Margallo aseguró que él era partidario de llevar a cabo una reforma del sistema de financiación autonómica que, en su opinión, podría haber servido para calmar los ánimos independentistas al comienzo de la legislatura.
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Según recordó Margallo, más allá de la identidad cultural catalana, uno de los factores más importantes en el reciente auge del independentismo es el derivado de las "distorsiones" en torno al sistema de financiación autonómica, conjugadas bajo el lema "España nos roba".
En cuanto a sus diferencias con Soraya Sáenz de Santamaría, el excanciller explicó que ambos mostraron "con absoluta claridad" sus opiniones divergentes durante las reuniones del Consejo de Ministros.
"La vicepresidenta es obvio que lidera un grupo y que tenía una visión de lo que es España distinta a la mía", aseguró Margallo.
Las discrepancias, detalló el exministro, se centraban mayoritariamente en asuntos como "lo que debe ser la unidad, la cohesión y cómo ganarse el afecto de los catalanes que se han sentido molestos con la actuación del Gobierno".
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A pesar de mostrar su disconformidad con la línea de actuación del Gobierno de Rajoy respecto a Cataluña, Margalló opinó que la deriva independentista en Cataluña, que a su modo de ver es "el principal problema de España", es "responsabilidad de todo el mundo" y sobre todo de los políticos catalanes.