Dávila, que nació en la capital española en 1972 y ha trabajado como un entrenador de baloncesto desde los 18 años, obtuvo la invitación de la parte norcoreana en un correo. Con esto, será el segundo extranjero, después de Dennis Rodman —jugador de baloncesto que mantuvo relaciones amistosas con Kim Jong-un— que se encargue del equipo norcoreano.
"No sé cómo llegaron a mí, ni quién les dio las referencias", comentó.
El deportista no lo pensó mucho y aceptó la propuesta. Algunos de sus amigos le dijeron que estaba loco, mientras otros le apoyaron. Él mismo lo ve como una oportunidad enorme que quiere aprovechar. Además, él ya tuvo experiencias parecidas.
"He trabajado en Cuba o Venezuela; no he tenido ningún problema y he conocido a gente maravillosa. ¿Por qué iba a ser distinto esta vez?", señaló.
Por ahora él ve esta propuesta como una oportunidad de abrir fronteras y estrechar lazos entre España y Corea del Norte.
"Soy de los que piensa que el deporte tiene ese poder y que hay que aprovecharlo", concluyó.
El baloncesto es un deporte prometedor en ese país asiático. De hecho, el líder del país, Kim Jong-un, es un apasionado de la disciplina.