El escándalo más reciente implica un grave conflicto de interés, ya que el abogado y hombre de confianza personal de Netanyahu, David Shimron, favoreció mediante presiones y sobornos a la empresa alemana ThyssenKrupp —también su cliente— para que le proporcionara a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) seis submarinos con tecnología de última generación y se encuentra en negociaciones para la venta de tres más, a pesar de que el propio FDI ha tachado esta compra de innecesaria.
"Y es ahí, justo cuando la temperatura bajo el trono de Netanyahu empezó a elevarse, que sucede una irónica y devastadora intervención divina", anota el doctor en sicología y neurociencias, Yoav Litvin, en su artículo para Counter Punch.
Netanyahu "debe tener uno o dos amigos más arriba", según apreciación de Yoav, ya que varios incendios han estallado en todo Israel, causando gran devastación y la evacuación de miles de personas de sus hogares, tanto judíos como palestinos.
No importa que aún las investigaciones no hayan dado con los culpables. Netanyahu puede consolidar su poder y desviar la atención de la sociedad del tema de la corrupción usando a un enemigo común. Los medios de comunicación, por su parte, han optado por calificar a esta "intifada de incendios premeditados" como una nueva y aterradora forma de "terrorismo".
Yoav Litvin, tacha de hipócrita toda esta situación, recordando que durante las décadas de ocupación de Palestina por las fuerzas armadas y colonos israelíes, intencionalmente o no, un sinnúmero de incendios han azotaron los territorios palestinos, destruyendo cosechas y hogares. Pero, ¿fueron estos incendios considerados actos de terrorismo?
"Estos hechos demuestran una vez más, qué tan lejos podría llegar Netanyahu y su gobierno, jugando con el miedo en su perpetua búsqueda del poder y su misión de hacer a de los palestinos el chivo expiatorio", concluye su nota Yoav.