En una entrevista con Sputnik, una de las portavoces de Vem Pra Rua, Adelaide Oliveira, describió la actitud de los ocupantes de la Cámara de Diputados.
"Están desesperados, intentando agarrarse a una tabla de salvación (…) Los votantes les amenazábamos con no votarles, pero su preocupación principal ahora es no ser presos, lo de no ser elegidos ya es algo secundario"; remarcó.
Oliveira criticó la "inversión de valores" que se vive en el Congreso Nacional, ya que los diputados tomaron las diez medidas anticorrupción propuestas por el Ministerio Público y refrendadas con dos millones de firmas y las deformaron para que sirvieran a sus intereses, apunta.
Por eso, espera que la manifestación de este domingo sea masiva y recoja el malestar creciente en las calles, ya que esta semana, por primera vez en muchos meses se volvieron a escuchar "caceroladas" en las calles de las principales ciudades.
Los movimientos sociales de izquierda critican que estos mismos agentes han estado en silencio durante los meses de Gobierno de Michel Temer, por lo que no se suman a la manifestación de este domingo, que para los convocantes debería ser transversal.
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Oliveira remarcó que en esta ocasión la pauta es "más inclusiva", por lo que la izquierda debería unirse también, ya que su sueño es ver un Brasil unido que se respeta a pesar de tener ideas diferentes.
"Eso de nosotros contra ellos se tiene que acabar, tiene que ser un "nosotros el pueblo" contra "ellos los corruptos" (…) la regla izquierda-derecha es algo obsoleto", remarcó.
Los miembros de Vem Pra Rua evitan usar la palabra "decepción" al definir al Gobierno de Temer —"no teníamos expectativas de que hubiera grandes avances"— aunque destacan que el líder del PMDB lo está haciendo mejor en el campo de la economía que en el de la política.
Mientras que los partidos de oposición y la izquierda en general está rotundamente en contra en Vem Pra Rua, la definen como "un remedio amargo, pero necesario", según Oliveira.
La PEC 55 fue aprobada en primer turno en el Senado esta semana y de salir adelante congelará los gastos del estado durante los próximos 20 años.
Por el momento prefieren centrar los esfuerzos en "proteger" el trabajo del juez Sérgio Moro y la Operación Lava Jato, por lo que esperan una participación masiva este domingo, ya que en las redes sociales más de 1,5 millones de personas mostraron su interés en los actos.