"Millares de ciudadanos expresaron sus ideas de forma pacífica y ordenada, ese comportamiento ejemplar demuestra el respeto cívico que fortalece aún más nuestras instituciones", apunta el Gobierno.
Las marchas protestaban los intentos de los parlamentarios de aprobar una ley que pondría dificultades a los jueces y fiscales anticorrupción como los que actúan en la Operación Lava Jato, por lo que las críticas iban dirigidas sobre todo al presidente del Senado, Renan Calheiros, y al de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia.
"Es necesario que los poderes de la República estén siempre atentos a las reivindicaciones de la población brasileña", remarca el comunicado, que vincula las manifestaciones con la fuerza y vitalidad de la democracia brasileña.