Todo comenzó cuando el parlamentario y multimillonario ucraniano Alexandr Oníschenko, quien hasta hace poco era considerado una persona cercana a Poroshenko, revelase a los medios que durante un año estuvo recopilando información comprometedora sobre el presidente ucraniano y que recientemente se la hizo llegar a la inteligencia estadounidense.
Según cuenta el diputado, hoy prófugo, se trata de grabaciones de conversaciones privadas y fotografías de documentos confidenciales que prueban, entre otras cosas, la compra de votos en el parlamento por parte de miembros de la administración presidencial y la presión que esta ejerce sobre los medios de comunicación.
De esta manera el presidente ucraniano habría logrado la aprobación parlamentaria de sus proyectos de ley, así como el consentimiento para destituir o imponer a sus personas cercanas en los puestos claves del país. En particular, el diputado Oníschenko dice haber formado parte de una campaña de desacreditación del ex primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, que conllevó a su dimisión en abril del 2016. Su lugar lo ocupó Vladímir Groisman, del bloque de Petró Poroshenko.
Oníschenko tomó la decisión de compartir las evidencias con la justicia estadounidense después de que el Servicio de Seguridad de Ucrania —controlado por Vasil Gritsak, otro seguidor de Poroshenko— lo culpara de traición por supuesta cooperación con Rusia, con el fin de desestabilizar la escena política ucraniana. El propio Oníschenko considera esas acusaciones de infundadas y destinadas principalmente a deshacerse de él como figura política indeseable para la administración actual.
Es por eso que el parlamentario huyó del país, encontrando refugio en capitales europeas como Viena, Londres y París, pero, a diferencia de lo que se esperaba, no en Moscú.
Lea más: Investigan el 'Proyecto Pared' de Yatseniuk por un supuesto robo millonario
El líder del Partido Radical de Ucrania, Oleg Liashkó, ya anunció ante la Rada Suprema que las revelaciones de Oníschenko podrían provocar una profunda crisis política. Agregó que su fracción exigirá una investigación al respecto y ya ha elaborado un proyecto de decreto que establecería la creación de una comisión especial. El Frente Popular —fracción del ex primer ministro Arseni Yatseniuk— también exige una investigación, lo que pone en riesgo la integridad de la coalición actual.
A pesar de las estremecedoras revelaciones, estas no conllevarán a un cambio radical de la escena política actual en Ucrania, compartió con Svobodnaya Pressa el director adjunto del Centro de Estudios Sobre Ucrania y Bielorrusia, Bogdán Bezpalko.
"La compra de los diputados no es un secreto para nadie. No es de dudar que esto se haya hecho con el dinero del Fondo Monetario Internacional. Ellos mismos [los diputados] han hecho públicas sus declaraciones [de ingresos], que muestran cantidades de dinero colosales que han adquirido de la nada. El propio Oleg Liashkó declaró un millón de dólares y es muy poco probable que se los haya ganado como diputado o de otra manera más o menos legal", opina Bezpalko.
Es poco probable que los datos revelados hayan agregado algún dato significativo a lo que ya saben los estadounidenses sobre Petró Poroshenko, concuerda el medio ucraniano Zerkalo Nedely. Pero teniendo como fondo el carácter público de lo sucedido, el propio hecho de que los fiscales estadounidenses se hayan interesado por esta información indica que el presidente de Ucrania "ha caído en la moledora de la máquina legal estadounidense". Y eso es un grave problema para el propio Poroshenko, afirma el medio.
En opinión del autor del artículo, la obtención de este tipo de información comprometedora por fuerzas externas, le abre a quien la posea una amplia gama de posibilidades de controlar a quien es hoy líder de una nación soberana. Lo que si queda claro, es que este escándalo jamás podrá ser silenciado por completo y al presidente se le hará cada vez más difícil obtener la mayoría parlamentaria para aprobar sus decisiones, pronostica la autora del artículo.
"Sea como sea, es necesario esperar la llegada de la nueva administración a la Casa Blanca y seguir la política que asuma respecto a Ucrania. Sólo entonces se aclarará esta situación", concluye el experto del Instituto de la CEI, Denís Denísov.
