"Me gustaría que con Rusia, dialogáramos de igual a igual, pues Rusia, no es tal como decía el presidente Obama 'una potencia regional', ese es un grave error de apreciación", dijo al sospechar que la siguiente mano no le depare las cartas ganadoras.
En estas declaraciones tan interesantes hay varios puntos a destacar. El señor Juncker dice que los dirigentes de la Unión Europea o los europeos no dependen de las decisiones sobre política exterior de Estados Unidos y que los europeos tienen sus propios intereses y deben gestionar su propio campo de acción.
Es una frase políticamente correcta que origina incógnitas. Si realmente los europeos, o bien Juncker, defiende que la percepción de Rusia por Obama como una potencia regional ha sido un error, ¿por qué no le transmitió antes su inquietud a Obama?
Quizá sea porque el presidente electo de Estados Unidos Donald Trump defiende un punto de vista parecido que ha prometido mejorar las relaciones con Rusia y cooperar con Moscú en el escenario internacional. Si realmente es así, se trataría de la mejor comprobación del hecho de que los europeos dependen ahora más que nunca de la política exterior de Estados Unidos.