"Consideramos que recuperaremos los índices anteriores del flujo turístico (de Rusia) en el año 2017", dijo.
Ankara mantiene contactos permanentes con sus socios, aseguró, e intercambia la información con las entidades de otros países para prevenir actos terroristas.
"Crearemos las mejores condiciones para garantizar la seguridad de nuestros estimados huéspedes", prometió Yildirim al señalar que "es una tarea del Gobierno turco".
El lunes pasado la Asociación de Hoteles de Turquía (Türob) informó de la caída significativa del número de turistas extranjeros durante los primeros diez meses de 2016: se redujo hasta unos 22,7 millones de personas, es decir disminuyó un 31% frente al mismo período en el año pasado.
También comunicó que en diez meses de este año la ocupación hotelera en Turquía apenas superó 50%, que es el peor índice en Europa.
En particular, en los primeros meses de 2016 el número de los turistas rusos en Turquía cayó en más del 90%.
Los primeros pasos hacia la normalización se dieron en junio pasado, cuando el mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, pidió perdón a Rusia por el derribo de la aeronave.
El 28 de agosto el Gobierno ruso aprobó el restablecimiento de los vuelos chárter entre Rusia y Turquía, en virtud de un decreto presidencial.