Según explicaron, es un sumergible de 17 metros de largo que 'se alimenta' de una batería de iones de litio, cuya capacidad de carga es suficiente para cerca de 16 horas de funcionamiento continuo. Además, el navío es capaz de desplazarse a altas velocidades mientras maniobra e imita a submarinos enemigos.
El diseño modular de la nueva creación permite modificar su funcionalidad. Así, el robot puede imitar a los submarinos nucleares y convencionales. Asimismo, existe la función de acoplar unas antenas remolcadas que reproducen los campos magnéticos y acústicos generados por buques.
El director general de Rubín, Ígor Vilnit, afirmó que el nuevo submarino podrá sustituir a los sumergibles de combate en los ejercicios, además de reducir los gastos debido a sus relativamente bajos costes de explotación.