Los investigadores afirman que la proteína antibiótica —denominada lactoferrina— es capaz de luchar eficazmente contra las bacterias, los hongos y los virus.
De acuerdo con los científicos, gracias a esta proteína la leche materna es capaz de estimular la inmunidad del organismo sin influir negativamente en la salud, a diferencia de otros antibióticos. Además, es compatible con la mayoría de los medicamentos. Según los investigadores, la proteína también podría ayudar a luchar contra los desórdenes genéticos, como la anemia de células falciformes.
Los investigadores aseveran que es necesario descubrir 10 nuevos antibióticos cada década, puesto que en otro caso, más de 10 millones de personas podrían morir anualmente por la resistencia a los antibióticos.
"Es un problema global", según advirtió la responsable de la cartera de Salud Pública del Reino Unido, Sally Davies, al Times.