En la capital alrededor de 2.000 manifestantes, según la Policía Militar, protestaron contra la ley que congela el gasto público durante los próximos 20 años.
Algunos de ellos quemaron un autobús, dañaron una parada y provocaron daños en varios vehículos aparcados en las proximidades de la Biblioteca Nacional; hubo 40 manifestantes detenidos.
La policía reaccionó a los actos de vandalismo haciendo uso de gas pimienta y lanzando bombas de efecto moral y finalmente siete agentes resultaron heridos leves, según recoge la prensa local.
En São Paulo la manifestación se produjo en la Avenida Paulista y reunió a más de 4.000 personas, según el frente popular Povo Sem Medo, convocante de la marcha.
Aunque la protesta empezó siendo pacífica un grupo de manifestantes lanzó objetos y fuegos de artificio contra el edificio de la Federación de las Industrias del Estado de São Paulo (Fiesp), provocando daños considerables.
La Fiesp fue una de las entidades que más apoyó públicamente las protestas a favor del "impeachment" contra la presidenta Dilma Rousseff.
En total se registran manifestaciones en al menos 15 ciudades brasileñas, sobre todo en las principales capitales, como Río de Janeiro, Salvador, Recife, Fortaleza y Cuiabá.
La PEC 55 fue aprobada en segundo turno en el Senado por 53 votos a favor y 16 en contra, una mayoría suficiente (dos tercios) para modificar la Constitución, por lo que ahora solo falta la sanción del presidente Michel Temer para que entre en vigor.
La ley congelará el gasto público durante los próximos 20 años al vincular su crecimiento al aumento de la inflación en el año anterior.
Los contrarios a la medida critican que esto tendrá un grave impacto en la sanidad y la educación pública y compromete las decisiones de los presidentes que lideren Brasil en las próximas dos décadas.