"Yo tenía 12 años y la disfrutaba mucho, los artículos sobre ciencia, sobre cómo se vivía en el interior, las recetas de cocina. La esperaba con mucha ansiedad. Eran las noticias de un país que se consideraba el faro ideológico contra la hegemonía de Estados Unidos", contó a Sputnik el uruguayo Marcelo Villamayor.
La revista data de 1967 y se editaba exclusivamente para el exterior. En Rusia solo empezó a circular 20 años después.
Hoy a los 43 años de edad, Villamayor guarda con cariño la colección de revistas Sputnik que heredó de su padre. Tiene como una veintena de fascículos y ha recorrido ferias barriales de Montevideo en el intento de encontrar otros ejemplares y ampliar su acervo. A su juicio, se trata de una publicación que marcó una época durante la redemocratización de su país.
"Era 1986, ya no estábamos más en la dictadura [1973-1985], la revista representaba la apertura", recordó en referencia a la represión del régimen dictatorial hacia cualquier contenido de izquierda.
"Hubo otras publicaciones rusas que circularon en Cuba, pero que se centraban en la misma línea de la perestroika [la reforma política adelantada por Mijail Gorbachov en los años 80]. Sputnik en cambio aportaba información muy variada sobre diversos temas, no era que hacía énfasis en los procesos de la URSS", relató Bárcena.
"Pienso que fue uno de los grandes medios, que a partir de condensaciones de publicaciones de otros medios de prensa ofrecía la posibilidad de acceder a información de cine, cultura e industria", agregó.
El traductor contó su alegría cuando se enteró de que Sputnik "había renacido como una agencia informativa". "Es una agencia que trata de brindar información de América Latina acorde a las realidades y diversidades de la región", evaluó.