El jinete y una espectadora mujer fueron arrollados por los corceles, causando la muerte del hombre de 66 años y una fractura expuesta a la mujer de 35, cuando se celebraba la carrera a campo traviesa en la Hacienda La Joya, del central estado de San Luis Potosí.
La competencia festiva se salió de control por los curiosos que invadieron la ruta de los caballos, que corrían a toda velocidad acicateados por los jinetes por un premio de unos 500 dólares (10.000 pesos).
"Había varias medidas de seguridad y estaban todos los protocolos, pero desafortunadamente el que falleció no atendió las medidas y saltó a la pista", dijo Jorge Farfán, responsable de Protección Civil de San Luis Potosí.
Así terminó en tragedia el evento fabricado por la televisión mexicana, después que un vídeo casero de invitación a la fiesta a la desconocida comunidad campesina donde viven una 10.000 personas, se convirtió en viral con supuestos millones de interesados, que con una persistente cobertura y difusión en redes sociales, convocó a varios miles de personas.
La Policía Municipal de Villa Guadalupe calculó en 3.000 los asistentes al inicio del jolgorio, y algunos medios de prensa reportaron hasta 10.000, pero la multitud no llegó a las decenas o cientos de miles que las redes sociales y alguna prensa vaticinaba en son de burla.
El vídeo del mortal accidente se diseminó por las redes sociales, con imágenes de la gente que invadió la ruta de la carrera de caballos, conocida como La Chiva, una tradición que lleva el nombre del animal, que en el pasado era perseguido y arrebatado por los jinetes hasta descuartizarlo y destrozarlo.
El grupo de jinetes accidentado fue casualmente entrevistado antes de la carrera, cuando llegaba en su camioneta con el caballo "Oso Dormido", y el jefe del grupo dijo que iban por el primer lugar: "No me importa ganar los 10.000 sino la fama".
Tristeza en el rostro
El rostro de sorpresa y tristeza de la joven quinceañera fue el otro detalle registrado por una nube de periodistas y fotógrafos que asedió a la joven como si se tratara de una celebridad.
"La gente que llegó no acudió solo por el morbo sino como una forma de escapar, para hacer algo distinto", comentó al conocer el trágico desenlace de un evento, que se mediatizó mientras nadie hizo nada por impedirlo, sino todo lo contrario.
Hay una explicación en el ánimo de la sociedad mexicana que facilitó el clima de jolgorio, sarcasmo y burla que rodeó al evento: "La gente esta aburrida y harta, les parece mejor un espectáculo creado por las propias redes sociales y reforzado por la televisión", dijo para explicar la peculiar reacción.
Mientras la ficción se hacía realidad en el festejo, la madre expresó su fastidio por el acoso de la prensa que trataba a su hija como una celebridad y no solo como una joven campesina que cumplía 15 años de edad, y era "presentada a la sociedad".
"Entiende más un animal que personas de la prensa; lástima, es más educado un ranchero, porque yo los traté a ustedes con cordialidad", espetó la mujer ante las cámaras de la televisión.
El resto de la familia rechazaba hablar ante los periodistas que buscaban la frase chusca de la deslumbrada familia de rancheros, que vistieron sus mejores trajes, botas y sombreros.
Una broma en serio
La prensa, los políticos, gobernantes locales y cuerpos policiales y de socorro se tomaron en serio la guasa que se armó en las redes sociales, que tomaron literal y textualmente las candorosas palabras del padre de la joven Rubí Ibarra García.
El ranchero dijo en un vídeo casero: "Están todos cordialmente invitados a la fiesta", dirigidas en realidad a los habitantes de la comunidad rural.
Pero la reacción de la familia fue aceptar el reto, se deslumbró por la presencia de cámaras de televisión, maquillistas y bandas de música y hasta el gobernador de San Luis Potosí, Juan Manuel Carreras ofreció apoyo logístico y seguridad.
Primero fueron miles de cuentas de Facebook, muchas anónimas o ficticias, las que expresaron su interés, luego se sumaron los medios de radio y televisión, las autoridades locales ofrecieron medidas de seguridad, hasta que el gigante Televisa asumió la producción.
Cuando el alcohol ya comenzaba a correr, la muerte sobrevino porque muchos de los asistentes ignoraban incluso el despliegue de la peligrosa carrera de caballos, en un campo sin vallas de seguridad.
