La capital de Brasil no es solo el centro de las decisiones políticas del país. Brasilia fue construida en una zona de altiplano que proporciona interesantes paseos por los alrededores. A casi 1.300 kilómetros lejos del mar, sus cerca de tres millones de habitantes encontraron en las piscinas naturales y las cascadas una alternativa a las playas.
"Tenemos más de 100 cascadas y nacientes en la zona del Distrito Federal (DF). A 20 kilómetros del centro, en media hora de auto, ya se puede llegar a algunas de las principales caídas de agua y nacientes", contó a Sputnik Sandro Cunha, subsecretario de Promoción de Turismo del gobierno local.
A 250 kilómetros de la capital brasileña, el Parque Nacional Chapada dos Veadeiros fue declarado patrimonio natural de la humanidad por la Unesco. La reserva ecológica atrae a quienes buscan aventura o tranquilidad. El acceso más fácil se da en auto o en transporte colectivo desde Brasilia hasta la municipalidad de Alto Paraíso de Goiás.
Las "chapadas" se caracterizan por sierras cuyas montañas carecen de un pico, como si estuvieran cortadas, de forma que sus topes son chatos.
Al Parque Nacional de la Chapada dos Guimarães, al centro oeste de Brasil, son 64 kilómetros desde la capital de Mato Grosso, Cuiabá. Se trata de una reserva ecológica con más de 400 cascadas, además de decenas de sitios arqueológicos y paleontológicos. También es conocido por sus gigantescas esculturas de piedras que forman un corredor electromagnético.
Entre las chapadas más emblemáticas del país se encuentra la Chapada Diamantina, en el estado de Bahía, famoso por sus playas y el carnaval. El parque se encuentra en el municipio de Lençóis, a 400 kilómetros de la capital bahiana, Salvador, de donde parten los vuelos a la pequeña ciudad.
Por su parte, para llegar al Parque Nacional Chapada das Mesas, en la ciudad de Carolina, estado de Maranhão, el acceso más fácil se da en auto o en ómnibus desde la capital del estado de Tocantins, Palmas. El trayecto de 500 kilómetros incluye la travesía del río Tocantins a través de una balsa. La reserva abriga 89 cascadas y más de 400 nacientes de agua cristalina.
Si bien los cuatro parques mencionados ocupan diferentes estados de Brasil y se ubican bastante lejos uno del otro, están mayoritariamente concentrados en la zona más central del país, por lo que comparten características comunes en cuanto al clima y la flora. La vegetación típica de esa zona se llama "cerrado" y es conocida como la "sabana brasileña", con un clima semiárido.