El 23 de diciembre de 2016 el Gobierno ucraniano firmó un contrato anual con el grupo BGR, una empresa estadounidense dedicada a organizar lobby (grupo de personas influyentes para presionar en favor de determinados intereses) a fin de consolidar las relaciones con Washington antes de la toma del posesión de Donald Trump.
Está previsto que los lobistas se encarguen de "apoyar y facilitar las líneas directas de comunicación" entre las figuras clave de ambos países. Sin embargo, el mismo BGR en su sitio indica que se especializa en un abanico más amplio de asuntos, incluso se comprometen a "cambiar la política pública".
"Siendo una empresa lobista bipartidista nos especializamos en crear, implementar y cambiar la política pública. Si quieren una nueva legislación, requieren modificar las regulaciones o desean poner fin a una legislación adversa, nosotros podemos alcanzar los resultados en las condiciones más difíciles", reza el mensaje en la página web de la empresa.
Mientras que la Administración de Barack Obama favorecía a Kiev, el presidente electo ya se ha mostrado dispuesto a, como mínimo, dialogar con Moscú y buscar posturas comunes.
Having a good relationship with Russia is a good thing, not a bad thing. Only "stupid" people, or fools, would think that it is bad! We…..
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 7 de enero de 2017
have enough problems around the world without yet another one. When I am President, Russia will respect us far more than they do now and….
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 7 de enero de 2017
both countries will, perhaps, work together to solve some of the many great and pressing problems and issues of the WORLD!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 7 de enero de 2017
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El contrato anual con el grupo BGR le costará a Ucrania un total de 600.000 dolares, según The Hill, e incluirá a personas influyentes como el exgobernador de Mississippi y ex altos funcionarios del Departamento de Estado de la época de Hillary Clinton como secretaria.
