El nuevo modelo fue diseñado por ingenieros de la provincia de Liaoning a partir del biplaza eléctrico RX1E.
Durante el vuelo de prueba, que tuvo lugar en la ciudad de Shenyang, el avión se elevó a una altitud de 320 metros.
Las células de combustible de hidrógeno tienen una potencia de 20 kilovatios, lo suficiente para alimentar el motor eléctrico y los sistemas de a bordo, así como recargar las pilas.
China se convirtió así en el tercer país, tras EEUU y Alemania, que llevó a cabo pruebas de vuelo con aviones de este tipo.