"EEUU simplemente llega tarde con la propuesta de implementar este tipo de sanciones especialmente dolorosas, ya que durante estos años cambió la situación de los precios en el mercado", aseveró el especialista.
"En Rusia crece en decenas de veces la extracción del crudo de difícil acceso que trataron de frustrar con sanciones; las compañías tienen acceso limitado a los recursos financieros occidentales y sin embargo, gozan de una situación financiera bastante estable", reflexionó.
Nésterov indicó que por ello "dicha iniciativa podría calificarse de pequeños pinchazos de la administración saliente".
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Además, el experto subrayó que en la actualidad no hay siquiera seguridad de que las sanciones sean aprobadas tal cual fueron propuestas, y resulta difícil valorar su eventual incidencia en la rama del petróleo y el gas en Rusia.
"Todavía es temprano para sacar cualquier tipo de conclusiones sobre la influencia en la rama incluso si se aprueban las sanciones, mucho dependerá de la postura que asumirá el nuevo presidente de EEUU, Donald Trump", alegó.
"Pienso que también las nuevas sanciones pueden resultar muy poco duraderas en caso de existir determinada voluntad política, es posible que Rex Tillerson en calidad de secretario de Estado de EEUU no olvide los intereses del sector petrolero y de su antiguo negocio, y siendo pragmático, ofrezca su aporte al desarrollo de las relaciones de EEUU y Rusia en la rama", aventuró.
Diez senadores de EEUU presentaron el martes un proyecto de ley que pretende recrudecer las sanciones contra Rusia.
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En particular, las limitaciones afectarían el sector energético y a quienes participan en la privatización de activos rusos o están vinculados con la adquisición de la deuda soberana rusa.
El proyecto de ley debe ser aprobado por ambas Cámaras del Congreso y firmado por el presidente.
A finales de diciembre de 2016, el presidente saliente de EEUU Barack Obama ordenó aplicar sanciones contra cinco entidades y seis ciudadanos de Rusia y expulsar a 35 diplomáticos rusos, por la supuesta interferencia de Moscú en las elecciones estadounidenses.
El Kremlin consideró estas medidas como nuevos pasos hostiles de la administración saliente de EEUU y una provocación encaminada a socavar aún más las relaciones entre ambos países, pero se abstuvo de responder con medidas similares ante la expulsión de sus diplomáticos.
